La primera vez que escuché este nombre me quedé un
poco
alucinada porque no sabía por dónde me daba el aire. Me habló de ellas
una
amiga que es muy aficionada a realizar todo tipo de cursillos. Había
realizado
uno de elaboración de fofuchas y me enviaba una foto de una que había
hecho
ella solita y de la cual se mostraba muy orgullosa.
Total, que se trata de unas muñecas que se
realizan con un
material especial llamado goma eva, parece que proceden originariamente
de
Brasil. El nombre significa algo así como dulce, tierno, encantador. Se
moldean
en caliente y se les pueden incorporar los complementos que necesites
para
personalizar tu muñeca.
Lo cierto es que están por todas partes y yo ya
estaba un
poquito cansada de verlas, no me generaban el más mínimo interés, y
menos el
hacerlas yo, que soy bastante patosa para las manualidades.
Pero resulta que hace unos meses fue mi cumpleaños
y una
amiga va y me regala una fofucha. En ese momento todo se transformó.
Ahí tenía
delante de mi una muñequita con un vestidito como los míos, un sombrero
como el
que me pongo para ir a la playa y una serie de complementos más, muy
personales, muy míos. Me vi reflejada inmediatamente en la muñequita y
me
pareció un regalo precioso.
Mi visión del mundo de las fofuchas ha cambiado
por
completo. Ahora me fijo más en las que veo a mi alrededor, y hasta
estoy
pensando en aprender a elaborarlas yo misma para poder sorprender así a
mi
familia y amigos con un regalo verdaderamente personalizado. ¿Os
atrevéis a
probar?