Esto
si que es algo que no dejo de probar y probar, porque me encanta. No me refiero
a esos mercados en los que todos los puestos son parecidos y tiene siempre los
mismos productos o parecidos. Esto también está bien, podemos hablar de ello
quizás otro día. Yo me refiero a los mercados en los que encontramos puestos de
artesanos que fabrican sus propios productos. Es lo que a mí me gusta. Piezas
originales, diferentes, en las que el artesano ha puesto cariño y que se nota,
y que cuando te acercas a observarlos, siempre tienen un gesto amable, y te
explican encantados los materiales, el proceso de elaboración, el trabajo que
lleva…
Pienso
que tiene que ser difícil separarse de cada una de estas piezas ¿verdad? Porque
todas son como pequeñas criaturitas que se separan de su creador. Estoy segura
que el artesano también nos selecciona a nosotros, los compradores, igual que
nosotros seleccionamos la pieza que más nos gusta, nos encaja y se ajusta a
nuestro estilo.
Soy
una verdadera adicta: decoración, complementos… No me gusta llevar los mismos
collares y pulseras que todo el mundo. Me gusta saber que ese diseño solo lo
voy a llevar yo. Igual que me gusta darle un toque especial a la decoración de
mi casa. Sin desmerecer todo lo demás, por supuesto. Tampoco todo lo que yo
tengo es de artesanía, que va!
También es cierto que no puedo comprar todo lo
que quisiera, porque los precios no son precisamente bajos. Estoy segura que
los artesanos ajustan lo más posible el precio, y más en los tiempos actuales.
Pero no pueden regalarlo! Además de los materiales que utilizan está el tiempo
que emplean y el toque personal de cada uno de ellos, que son verdaderos
artistas. Y eso hay que pagarlo. Y hay que reivindicar que se pague un precio
justo, darle el valor que realmente tiene.
Animaros
a acercaros a este tipo de mercados y comprar sus creaciones. Perfecto para
vuestros regalos!